lunes, 23 de agosto de 2010

Origen

En tu oscuro cuerpo hay
quienes vieron al demonio,
e incapaces de negarte
con ingenio te absolvieron
bendiciendo las aguas aquellas,
donde has purgado tu alma.-

Curioso conjuro de antaño,
nos mantienes aun despiertos.
Resistiendo contratiempos,
prohibiciones religiosas.-

Vástago de Kaedi, pastor de cabras,
has sacudido templos varios ,
movilizando, caprichoso licor despierto,
ejércitos en cada continente.-

Tienes vida dentro tuyo
pequeño grano del cafeto

martes, 17 de agosto de 2010

Misa de réquiem

¿Hasta dónde llegamos? ¿Hasta un extremo insostenible o terminó en el preludio?
Tendremos que vivir con el misterio, perdernos lo que no pasó. Eligiendo se descarta y lo que no tomamos se pierde en un qué hubiera sido.
Tal vez sea loable perdonarnos con el tiempo, si evadimos los rencores, si nos ciñe el olvido imposible. Tal vez, si dejo de quererte, fuese posible madrugar abrazado al aire y no vomitar por dentro. Quizá deje de hostigarme, de culpabilizarme por no haber hecho suficiente, por no agradarte lo suficiente como para que nada más importe. Quizá le eche en cara al tiempo lo inoportuno que se presenta, lo irónico de sus bromas de mal gusto. Asaz impertinente el tiempo, metiéndose donde no debiera, retardando o, en el peor de los casos, condenando al peor de los limbos nuestra empatía perfecta.
Nos veremos en el amor, en la vejez, la enfermedad o en la muerte, arpía de mil abrazos, abogando al recuerdo. Nos veremos en los sueños cruzados y en las posibilidades. Nos veremos al menos, de seguro, en una misa réquiem.

Fragmento



Ellas siempre quieren al malo, se enamoran del golpeador, admiran al bruto. Yo las busco hermosas, inteligentes y absolutamente incapaces de amarme.

Día

Lo fortuito quedara justificado en la libertad de la elección y la imposibilidad de augurar sobre las mismas. No fue la suerte, ni la Kabbalah, más sino el azar quien salpicó brutamente nuestras elecciones y nos aunó, como un comienzo, en el mismo predio de la misma institución. Lo que resultara de ese encuentro destiñe al azar y nos deja con la responsabilidad que nos pertenece. Habrá nomás que hacerse cargo de haber sorteado los obligados tabúes pertinentes a aquello que bien sabemos es lo único que nos separa. Aquello que nos une se pontifica y ante el mero número que pretendió alejarnos, nosotros hilarantes.
Encontrarse es entonces tomar ventaja de lo dado casualmente, eludir criteriosamente las diferencias, escuchar, compartir, opinar, aprender, y, dialécticamente, resultan la estima, el agradecimiento y el respeto. Por esto último es necesario también el esperar algo del otro, no como motor motivante de la acción sino como parte del contrato de este encuentro. En cuanto podemos esperar algo del otro sabemos que este valora nuestro hacer, lo respeta y pretende devolver tal gratificación. No hallo gesto más noble. 

lunes, 9 de agosto de 2010

Tinta

Cuando el sigiloso movimiento paradigmático sea como despertarse viejo. Cuando se haya reemplazado tus haceres por los otros de botones. Cuando ya no importe cargar de un personalísimo valor estético las palabras. Cuando dibujarlas no sea posible. Cuando reír, amar, morir, llorar, sean significantes sin significado, tinta te he de extrañar y en tu lugar una pantalla de ordenador.

Amici

La amistad es un título inexacto, mal ponderado. Un amigo es algo muy fácil de conseguir, requiere de muy pocos méritos. Basta con frecuentar a las personas e intercambiar buenos modales para que este sea considerado lo dicho. Tratando de desmentir la módica carátula distinguimos a los compañeros de los amigos, pero así y todo les dedicamos un momento el día del amigo. La amistad es llenarse los dedos de palabrerío, de falsos afectos, de justificaciones insostenibles sobre el porqué dejamos de vernos, de lo maravilloso que fue conocerte en la vida, de cuántos momentos hemos vivido juntos, de cómo estuviste ahí cuando te necesité y de cuánto te recuerdo en la ausencia. No señor, no se condice el ímpetu puesto en las palabras dedicadas a la carátula seleccionada. Yo esa de que la amistad es lo más importante y te lo digo a vos amigo y a los cientos que reciben este mail, no me la compro. Cuando quieren definir a un amigo no hacen más que definirse a ellos mismos en sus necesidades: “Para mí los amigos son quienes están ahí en las buenas y en las malas, se preocupan por uno, quienes postergarían lo impostergable por socorrerte en un momento difícil, quienes olvidan sus penas para penar las ajenas”. No señor, yo no pido eso de nadie. Quienquiera eso de una persona no es amigo el mismo. Estas hiperbólicas exigencias se corresponden únicamente con el sentir de los padres. No hagan nada de eso por mí, no señor. De nada me sirve un amor forzado. Simplemente sean lo que sinceramente les salga ser y ahí vemos si nos llevamos bien, si nos queremos o si no. 

Fragmento poético

Si la lira de Erato fuera suficiente inspiración,
Si escribiera los versos que tu espalda merece,
Si existieran palabras que me permitiesen
Ahondar los vestigios de tu condición.

Roberto Arlt

Entre el sinfín de equívocos intentos por desvalorizarme, si hay uno el cual me molesta de sobremanera es que se me acuse de squena dritta, siendo, en primera instancia, que la curvatura espinal aquéjame desde niño. Mi postura de semicírculo graduado ha devenido en dolores de todo tipo no siendo los físicos los primordiales sino aquellos dolores del corazón. No tardé mucho en enterarme que un reverso corvo da impresión de tipo abatido y mucho menos demoré en enlazar este entonces nuevo conocimiento a uno anterior: las señoritas los prefieren triunfadores. Di cuenta de que ciertamente mi columna torcida es metáfora recíproca de mis pesares, los cuales me llevaron a despreciar el trabajo, aquellos que fueran impulsados por la lectura, aquella que acostumbro practicar en una silla con el texto sobre una mesa, práctica escoliósica. Si realmente el incesante cavilar fuese comparable a la vagancia, si sólo se reivindicara el trabajo portuario o el cargar ladrillos y bolsas de canto rodado, si sólo las marcas de las manos y las espaldas dolientes fuesen signo de virtud, sería entonces yo mismo un virtuoso dado que las yemas de mis dedos arden por las hojas pasar, el callo del dedo mayor es casi un sexto dedo y no hay vértebra que no cante al tratar de recuperarme erecto tras robarme los pensamientos de aquellos grandes maestros, esos de squena dritta por quienes de ser más tenidos en cuenta, los portuarios y los albañiles no tendrían que trabajar jornadas imposibles, gozarían de buena salud y otros beneficios correspondientes. 

Fragmento de "Lo dicho"

Poco importa si Javier existió o existe. Su fantasma lo enaltece, su legado vive entre los vivos. Ausente burlón hilarante, sombra de malos tratos y buenos modales, viento belicoso frente al estólido murmullo del sofismo, empuja pero no se ve. Ese fue Javier Camacho. Es esa es su herencia. La contradicción, la paradoja viva, el círculo cuadrado, la erudición y la ignorancia, el Aleph, un maestro quien enseñó que en materia de humildad nada puede ser enseñado.
Sea Javier Javier, Borges o el Negro Dolina, el mundo no será el mismo sin su impresentable presencia.

Un dominio

- ¡No, no pongas el guión para abrir diálogo! Bien, ahora la gente me lee creyéndome un personaje, gracias, de verdad muchas gracias. No me siento un personaje, lo que digo lo siento, lo que siento corresponde en algo muy yo.  No soy las frustraciones de un escritor, la cólera de un resentido, ni el amor no correspondido de  un débil dependiente. No soy el culto religioso, ni un teorema forzado (algo así como la frágil imagen de la realidad en un papel escupido con hipotenusas o vaya uno a saber que corno). No, no soy nada de eso. Tengo nombre y autonomía.
¿Ven? No necesito de un guión de diálogo si no lo quiero usar. Digo como se me da la gana y listo. Hago lo que quiero cuando quiero y nada pasa sin mi consentimiento.
- A decir verdad ciertas veces no resisto y me dejo someter. No encuentro mi propio cuerpo y me angustio. Pienso que mi angustia es la de otro y mi pensamiento no es mío en absoluto. Por suerte mi raciocinio es suficiente como para entender que permito que otro sea los zapatos porque a mí me duelen los piecitos y cuando llego a este punto recupero el -
timón. Solo o acompañado, si de algo puedo jactarme es de haber andado caminos. Cuando estuve nostálgico fui un poema para Papá y otro para Mamá. Cuando más sensible, díjele cosas al café y caminé por los márgenes de un río como alumno y discípulo (aunque sospecho que fui también el río). Y en los momentos más difíciles fui una clase novelada de anatomía existencialista con un final terrible.
- Tengo mi carácter, lo sé, pero, más acá de todo, me justifico enormemente. Sé que mi búsqueda es la de seguridad y sé que es en vano, no obstante pido constantemente nuevas oportunidades y trato de dejarme entero en el buscar. Me reduzco en lo difícil que resulta conocer lo asintótico de vivir y ser a la vez fanático de los extremos.-
Si quieren saber de mí pregúntenle a Fanshaw, suele ser mi seudónimo, mi fachada y mis zapatos.
- También pueden

Estólido

Hay innumerables modos de maquillar la idiotez. En donde se confunden la ignorancia y la sapiencia, el justo, reconciliador, lo nombra sofistería, retórica, pleonasmo, y, en el peor de los casos, arte. Los admiradores se inquietan ante el palabrerío e impacientan hasta lograr, conmovidos, que sea esto llamado teoría.