lunes, 9 de agosto de 2010

Fragmento de "Lo dicho"

Poco importa si Javier existió o existe. Su fantasma lo enaltece, su legado vive entre los vivos. Ausente burlón hilarante, sombra de malos tratos y buenos modales, viento belicoso frente al estólido murmullo del sofismo, empuja pero no se ve. Ese fue Javier Camacho. Es esa es su herencia. La contradicción, la paradoja viva, el círculo cuadrado, la erudición y la ignorancia, el Aleph, un maestro quien enseñó que en materia de humildad nada puede ser enseñado.
Sea Javier Javier, Borges o el Negro Dolina, el mundo no será el mismo sin su impresentable presencia.

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